Un arma secreta para devocion admirable de los 7 dolores de maria santisima

Mas ¡ay Señora!, que yo me veo oprimido por mis vicios, y cargado con mis culpas y pecados, y no puedo levantarme sin los poderosos auxilios de la divina Gracejo, y sin el cortesía de vuestro cuidadoso socorro.

Les toparé cuanto me pidan, con tal que no se oponga a la voluntad adorable de mi Divino Hijo y a la santificación de sus almas.

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A la Doncella de los Dolores encomendamos a los jóvenes y a las familias, a las naciones y a la humanidad entera.

Como se puso de pie a los pies de la cruz, traspasada por la espada del dolor, mirando los Fanales de su hijo.

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El diezmo actualmente consiste en dar un día de ingresos. Se divide su ingreso anual entre los 365 días del año y eso es lo que OBLIGA a darse cada año. En propósito, es obligatorio y está establecido como tal en los mandamientos de la Iglesia.

Al concluir el rezo de los 7 Dolores de la Casto, puedes finalizar con una oración de agradecimiento y pedirle a la Inexplorado María que te acompañe en tu vida diaria Devoción admirable de Los 7 Dolores que María Santísima Sintió en la Vida y Muerte de su Amadísimo Hijo y te ayude a vivir en unión con su Hijo Jesús.

La devoción de los dolores de María es fuente de Gracias porque llega a lo profundo del Corazón de Cristo.

Considera el amargo dolor que sintió el Corazón de María cuando el cuerpo de su querido Jesús fue bajado de la cruz y colocado en su regazo.

Lágrimas de oración: de la Origen que eleva su oración suplicante por los que no rezan, por los que están obstinados y cerrados para no escuchar a Alá.

Para finalizar el Rosario de 3 cuentas, puedes hacer una breve oración personal de agradecimiento o pedir las intenciones que desees. Todavía puedes terminar rezando el Salve Regina, la oración final tradicional del Rosario.

Señor mío Dios, yo te saludo en honra y reverencia del dolor que padeció mi SeñO la Inexplorado María al tenerte en sus brazos y contemplar tus mortales heridas: por este dolor te pido una verdadera devoción a tu Pasión y muerte.

Veamos lo que dice el Papa Pio XII con motivo de la celebración del año Mariano de 1954, en relato a las lágrimas de la estatua de Siracusa: